La mujer de Carlos ha muerto. Sólo le queda su hijo de cinco años, Gabriel. Carlos, un hombre que hasta el momento ha traficado con drogas y lo ha perdido todo en el juego, decide cambiar de vida y dedicarse por completo al único hijo que tiene, al que nunca le ha prestado atención. Gabriel no habla, se ha encerrado en su mundo. Carlos lo tiene muy difícil: ganarse la confianza de su hijo. Sin embargo, ocurre un acontecimiento que cambiará la vida de ambos: Gabriel, a su edad, es un genio del piano. Carlos no lo hace bien, y detenido por la policía, vuelve a perder a su hijo. En la cárcel, espera casi dieciséis años para intentar recuperar a Gabriel. Pero cuando lo vuelve a intentar, Gabriel ya ha crecido, y ha creado su propio mundo, rechazando todo aquello que le recuerde el pasado: su padre y su piano.