Tras un polvo salvaje en un prostíbulo en su 40 cumpleaños, Luis, amargado y altanero, trata sin éxito de escapar de la mancha de sangre que, sin explicación, crece en la sábana sobre el bulto que forma su amante. La desesperación y lo que encuentra bajo la sábana provoca que la única única opción sea lanzarse por la ventana del cuarto ya lleno de sangre. El golpe lo sumerge en un extraño sueño en el que una particular hada madrina le recuerda el niño que todavía lleva dentro y la necesidad de cuidarlo. Convencido de la enseñanza, al soplar las velas de su pastel de cumpleaños, Luis desea convertirse en ese niño. Bajo las sábanas, empapado en sangre, descubre el error de su deseo.